martes, 13 de noviembre de 2012

LVII 1990´s MADAGASCAR 5.5 - Viajes





5.5 Madagascar - Lemures y demás fauna



La fauna malgache es de origen esencialmente africano. Sin embargo, los molucos, los batracios y los quirópteros o murciélagos  muestran un parentesco netamente asiático, en tanto que las aves comparten procedencia histórica. Casi en boque está constituida por especies endémicas, originales en la propia isla a partir de los ancestros heredados del continente común. Casi cualquiera de los animales malgaches, de hecho, es una alhaja faunistica más o menos valiosa, empezando por el fantástico y ya extinguido aepyornis, un ave parecida a la avestruz, pero de proporciones gigantescas (3m de altura y media tonelada de peso), cuyos huevos semifosilizados –realtivamente abundantes en determinados yacimientos- cubican unos 7-8 litros nada menos.
Pero aun siendo verdad que el 95% de las 250 especies de reptiles malgaches son endémicas, aun siendo exacto que la fauna ivertebrada presenta millares de especies exclusivas y notables, no cabe duda de que las estrellas zoológicas de Madagascar son los lemures, el grupo de los prosimios para ser más exactos. No hay en la isla ni marsupiales, ni simios, ni ninguna especie del grupo de los elefantes, o de las cebras o de las liebres; hay apenas algunos carnivoros –todos endémicos, por cierto- y los famosos tenrecs, que pertencen al de los insectívoros, como los erizos; pero, sobre todo, lo que sobresale son los prosimios, la joya zoológica de Madagascar.


Los lemures son primates, como los monos o como el hombre. De hecho hay dos grandes grupos de primates: el de los antropoides, que incluye a los homínidos (familia a la que pertenecen las diversas especies humanas que han existido, incluida la actual), y el de los prosimios, que es donde encontramos a los lemures y especies afines. Los prosimios son primates primitivos, omnívoros o frugívoros. Morfológicamente, recuerdan a los monos con cola, pero su cara es “menos humana”, más perruna, con un hocico relativamente prominente y con un labio superior partido por la mitad, leporio por así decirlo. Los hábitos nocturnos o crepusculares de buena parte de los prosimios explican el notorio desarrollo de su sentido de la visión, a cuyo servicio están dos ojos redondos y grandes, enormes en algunos grupos, que contribuyen a darles un aspecto simpático, a veces incluso algo cómico. Irreductiblemente arborícolas, muestran una proverbial habilidad para trepar y saltar de rama en rama, destreza a la que sin duda contribuyen decisivamente sus manos y pies  de pulgar oponible, capaces de asirse donde sea.

Si bien es cierto que se han hallado prosimios fósiles en América del Norte e incluso en Europa, los prosimios actuales, salvo algunas contadas excepciones africanas, viven sólo en Madagascar (o Comores) y en las tierras del sudeste asiático (Borneo, Sumatra, Filipinas): una vez más la vocación asiática malgache se pone de manifiesto.
En concreto, hay 28 especies distintas de prosimios en Madagascar. En las selvas y bosques húmedos orientales viven 21 de ellas –es decir, la mayoría-, de las que 13 no se hallan en ninguna otra parte de la isla. La más célebre, sin duda alguna, es el nocturno y enigmático ei-ei o aye aye (Daubentonia madagascariensis), extraordinario animal de pelaje negruzco, dotado de unos dedos larguísimos, especialmente el tercero de cada mano, con el que hurga en agujeros y recovecos de los troncos y de los frutos en busca de larvas o pulpas alimenticias. Le va a la zaga el indri (Indri indri), de hábitos diurnos y pelaje blanco y negro, que con sus proporciones de chimpancé y sin apenas colo es el mayor de todos los prosimios.

En los bosques secos y matorrales espinosos del oeste viven quince especies de prosimios, siete de ellas propias solamente de semejantes hábitats. La más conocida es el maki (Lemur cutta), un lemúrido típico, de color gris, provisto de una larga y elegante cola anilladamente listada de blanco y negro, sociable hasta el punto de convertirse casi en animal de compañía, el sifaka (Propithecus verreauxi), blanco, con la cara, las orejas , el pecho y los muslos negros, es un acróbata experto. Capaz  de pegar saltos de cinco o seis metros de una a otra planta erizada de espinas, con tal asombrosa precisión que acaba agarrándose al único centímetro de rama no vulnerable.
Y la lista sigue. Concretamente con ocho especies ubiquistas, es decir que se encuentran en cualquiera de las áreas forestales de la isla, sean húmedas o secas. Las más conspicuas  son los microcebos y los queirogalos (Microcebus, Cheirogaleus), pequeños prosimios nocturnos de la medida de un ratón o poco más, y mirada enternecedora. Dar con ellos no es nada fácil, desde luego.
Texto: Ramon Folch, Altaïr Nº4, Primavera 1992, Oasis S.L.



                                                                                     Amboasari























                                                                                 Andasibe (Perinet)





























                                                                             Ranohira (Isalo)





























                                                                                    Amboasari











                                                                              Andasibe (Perinet)





                                                                                  Amboasari





























                                                                              Ranohira (Isalo)


 





















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